A veces los libros son ojos de agua donde metemos la mano y sacamos perlas. Acá una.

El maestro zen Ryokan(1758-1831), se dedicó a vivir la vida sin ningún sistema, ninguna ideología, ya sea social o monástica. Despojado de todo tipo de ataduras, sólo seguía el orden cósmico y vivía con gran sencillez. Se dice de él que había superado su condición de monje o religioso para convertirse en un "hombre verdadero". Un día se encontró en su cabaña con un ladrón que no hallaba nada que robar. Alarmado por la presencia del mestro, quiso escapar, y Ryokan lo retuvo diciéndole: "Has hecho un largo camino para visitarme. Por favor, acepta mis ropas como regalo". El ladrón, asombrado, tomó las ropas y huyó. Entonces Ryokan se sentó desnudo a mirar la luna y se dijo: "Pobre compañero, ojalá pudiera darle esta maravillosa luna".

De El Collar del Tigre, de Cristobal Jodorowsky.